La eliminación de aparcamientos en el centro de la capital zamorana ha llevado a los conductores a buscar lugares de estacionamiento en zonas como el Casco Antiguo o los Barrios Bajos, para malestar de los vecinos. Al menos en lo que se refiere a la zona monumental por excelencia hay quien habla del "desastre" del tráfico, visto el aumento de vehículos que pasan por las calles del Casco Antiguo, con el resultado de la progresiva existencia de "baldosas reventadas".
Además de arrojar una mala estampa para el turismo en la zona de mayor afluencia de visitantes, las baldosas rotas provocan de forma habitual la caída de personas mayores. "Todos los días hay una caída", comenta Carmen Núñez, presidenta de la Asociación de Vecinos del Casco Antiguo mientras observa la abundacia de personas mayores entre los habitantes de la zona antigua en una capital de provincia que si por algo se distingue es por el envejecimiento poblacional. "Aquí hay gente muy mayor con problemas para caminar".
"Desde la Plaza Mayor hasta la Catedral el tráfico es continuo", señala la presidenta del colectivo vecinal, a raíz de la supresión de plazas de estacionamiento en la zona remodelada recientemente en el centro de Zamora como zona de bajas emisiones. "Todos los que no aparcan donde el Mercado de Abastos vienen ahora al Casco Antiguo, y los Barrios Bajos están también llenos de coches", sin olvidar los camiones de alto tonelaje que, según dicen, transitas por la zona histórica sin que esté permitido.
Núñez habla de coches "mal aparcados" en un entorno urbano, semipeatonalizado, donde no hay, como tal, aceras. Para la responsable del colectivo vecinal el problema ha sido "la falta de aparcamientos alternativos". "Dicen que van a hacer un párking subterráneo donde el Seminario pero la propuesta llega ahora, cuando ya han hecho las obras en el centro, y pueden pasar hasta cinco años para que se haga realidad".
Respecto a la eliminación de aparcamientos en calles cercanas al Mercado "se quejan cuatro y lo hacen bajito". Los habitantes de la zona se muestran, por lo general, "encantados". Comenta Núñez que muchos son personas que tienen su pensión, el supermercado al lado, y el turismo en el garage. Y ahora tienen más espacio para transitar. Incluso los polémicos bolardos les ofrecen una "mayor seguridad" frente al paso de los vehículos.
"Hay opiniones encontradas", reconoce la representante vecinal. Si entre los vecinos hay un porcentaje elevado a favor, entre los comerciantes "más de un 50% se queja de la situación". Sus clientes ya no pueden dejar el coche en una calle cercana y los bolardos impiden dejar la mercancía a la puerta del negocio, si bien el Ayuntamiento de Zamora tiene ya planteadas unas zonas concretas de carga y descarga.
Sobre los polémicos bolardos apuntan, de nuevo, la dificultad que entraña su instalación en caso de emergencias, bomberos o ambulancias, al obstaculizar el acceso a los inmuebles, lo que podría conllevar también un parón en la circulación de vehículos. Una posibilidad que ya ha sido objeto de críticas por parte del grupo municipal del PSOE, cuyo portavoz, David Gago, denunció recientemente el gasto de 20.000 euros que suponen para las arcas municipales cuando la idea es quitarlos una vez se instalen las cámaras de vigilancia.
Gago hace hincapié en una "falta de planificación". "Se ha empezado la casa por el tejado". Para el concejal socialista, antes de gastarse 20.000 euros en "coser la ciudad con bolardos" para obstaculizar el aparcamiento de coches, tendría que haber sido la presencia policial la que disuadiera a los conductores de aparcar en zonas prohibidas.
Pero "no podemos tener un policía en cada calle", comentó en una ocasión el concejal de Urbanismo, Romualdo Fernández, mientras hacía ver la preferencia de impedir por completo el aparcamiento en vez de poner multas. "No tenemos necesidad de generar una tensión".