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Creció viendo a su madre corrigiendo exámenes y preparando clases y eso parece que marca. Raquel Alonso no dudó en hacer de su vocación, su oficio y, por extensión, una forma de vida. Ahora es profesora especialista en inglés y, desde hace dos cursos, además es maestra itinerante, una vuelta de tuerca más a esta profesión que requiere de actitud y aptitud.
Pero conozcamos cómo es el día a día de Raquel, profesora itinerante del C.R.A. Ribera del Duero, el más grande de toda la Comunidad con colegios en nueve poblaciones. Llega temprano, cargada de material adaptado para sus alumnos. El primero de los centros es el de Olivares de Duero, muy cerca de la cabecera del colegio rural agrupado, Quintanilla de Onésimo.
Hoy tiene tan solo dos alumnos, aunque lo normal son cuatro. Sus clases son divertidas, amenas y eminentemente prácticas. El objetivo es que el alumno aprenda sin metodologías soporíferas. Juegos, libro de texto, fichas, materiales elaborados por ella? todo vale para lograr la magia del aprendizaje. La hora pasa rápido y hay que dirigirse a otro colegio, en este caso el de Valbuena de Duero, que se encuentra a diez minutos.
DOS AÑOS COMO PROFESORA ITINERANTE
Aunque su madre era profe de francés en un instituto, ella se decantó por la lengua de Shakespeare "porque tenía mucho más salida". En 2019 aprobó su oposición y comenzó su labor docente en colegios más urbanos. Pero hace dos cursos surgió la oportunidad de comenzar una andadura como profesora itinerante, una experiencia que ha marcado no solo su carrera profesional, sino también su experiencia vital.
"Es muy diferente la escuela rural o un colegio como este donde todos los niños de diferentes edades están agrupados en un aula, a un centro escolar habitual con solo un edificio donde se concentra todo el profesorado. Para mí esto es vocación, me encanta venir al cole, lo integro en mi día a día como algo que no es prescindible. Los niños te dan una energía que no es fácil encontrar en otros trabajos, me aporta mucho como persona", explica casi al tiempo de llegar al siguiente colegio.
En Valbuena de Duero coincide con el director del C.R.A. Ribera del Duero, Felipe Martín, que hoy tiene reunión con una familia. Relata el docente que en este colegio rural agrupado existen doce especialistas itinerantes. "Son necesarios y muy útiles, sería inviable que en cada localidad hubiera especialistas de educación física, inglés, religión, música? son ellos los que van rotando por los diferentes coles". El director reconoce la labor de este tipo de profesores. "La metodología es muy distinta; meterte en una clase donde tienes que dar a la vez cuatro libros de inglés o cuatro cursos de matemáticas requiere un periodo de adaptación y una organización importante".
En Valbuena de Duero hay varios cursos agrupados en una misma clase y eso supone un esfuerzo importante. Raquel tiene que desdoblarse y mientras unos alumnos trabajan con el libro de texto o con material específico, la profesora se encarga de los más pequeños y viceversa. Cuando suena la campana, a toda prisa Raquel recoge el material y vuelta al coche, es la rutina de un maestro itinerante de la escuela rural.
Le esperan nuevos alumnos en San Bernardo. Allí establece dos grupos para que sus clases sean más provechosas. "Cuando los pequeños realizan actividades más lúdicas, que no requieren tanto de mi ayuda y atención, estoy con los mayores trabajando algo más complicado como puede ser el libro de texto y luego cambiamos: los mayores hacen dinámicas de grupo en los que se ayudan entre ellos y yo me centro en los más peques".
La actividad de la profesora itinerante es frenética y cuando acaban su trabajo con los niños, comienza a preparar las siguientes clases. También son importante las reuniones con el resto de profesorado, para ello usan sistemas telemáticos, porque cada uno está en un lugar. Si en un centro escolar es importante la coordinación de los profesores, en uno como este, con nueve colegios repartidos en otras tantas localidades, es fundamental. Todo ello para que la educación en el medio rural siga siendo un derecho, pero también una realidad. Y hoy, TeleRural lo ha comprobado de primera mano.